“Una flor y una sonrisa reciben siempre al viajero, acompañadas del musical idioma de los polinesios: iaorana y maeva, hola y bienvenidos”.
Tahití, Bora Bora, y Moorea son nombres con una capacidad de evocación incomparable y solo hace falta pronunciarlos para imaginar las maravillas de los Mares del Sur. Sus espectaculares paisajes, escarpadas montañas cubiertas de selva y barreras de coral que encierran aguas de color turquesa, son un regalo para sentir y disfrutar.
Perlas de coral en medio del Pacífico, estas islas acogen al viajero con la promesa de un mundo feliz, naíf, en el que el verdadero tesoro es la simplicidad de la vida.